jueves, 29 de agosto de 2013

MA SIII!!!



Todo el tiempo modelando inventando y desarrollando nuevas formas y figuras, buscando los mejores materiales y los materiales, desplegando los colores, pensando que es lo que causaría más alegría o temor, que es lo que en definitiva podría causar sorpresa o admiración o pavor, con que es que se podría sentir atraído o embelesado, que lo que causaría ternura.  Que es lo que podría servir de alimento y que alimento, con qué velocidad se trasladaría cómo y con qué se iría de un lado a otro.
Pensar si lo mejor es reptar volar correr saltar caminar deslizarse.
Esto me agota, despertarme cuando se acaba el sueño y el cansancio se recupera para advertir todo lo me falta para completar lo que me propuse.  Pero no importa, no debo abandonarme,  no debo alejarme del proyecto.
Ah, ¡pero puedo combinar colores!, ¡puedo compartir espacios con colores distintos! Puedo no solo combinar diseños originales sino hacer que estén simétricos o asimétricos, que formen distintas figuras o que no formen ninguna.
Cuando me propuse esta última, o penúltima, etapa de mi trabajo, de mi arduo trabajo, no me imaginé que cada vez que ideara algo surgiría una nueva necesidad producto de esa idea, que además una me llevara a otra para volver a la primera y complicar aún más la creación de lo que estoy creando y de allí que surgiera una nueva necesidad una nueva ristra de colores una nueva forma de traslado de vestimenta y de alimentación.  Pero además deben beber, no pensé en el agua, debo además poner agua y buscar lugares para poner el agua y que no se contamine, no, imposible que no se contamine, lo que debo hacer es que beber esa bebida no cause trastornos de salud…eso…
Pero me agota.  Tanto pensar, desubicarse y ubicar, hacer deshacer y rehacer me agota.
No veo la hora de terminar este emprendimiento para encarar otro, pero en el mientras tanto un descansito porque este proyecto me tiene no solo harto, cansado, aburrido sino despiadadamente fatigado extenuado molido y abrumado.
Más que una satisfacción, como dijo mi Padre, parece un castigo.  Tanta imaginación es imposible, nadie, ni yo que tengo mucha, tiene tanta imaginación para crear desde la nada.  Porque no tengo antecedentes para copiar o imitar o levemente diferenciar de la realidad que me circunda y concebir otra cosa, o esa cosa de otra forma y la otra forma con otros colores o texturas o formas o yo que seeee!!!! Algo que lo diferencie…
¿Estoy harto saben? ¡Más que harto: recontrarepodrido!
¿Qué dicen las instrucciones? Ah, que prenda la luz, ¡¡¡Ma Siii!! Y LA LUZ SE HIZO.   

miércoles, 28 de agosto de 2013

SUEÑO INGENUO



Las voces van y vienen en continuo de calesita, de pronto son más estridentes, sonoras y cercanas e inmediatamente se transforman en susurros difícil de entender, pero no lejanos, cercanos pero en voz queda…no hay estridencia pero a ratos si, es como una radio o un equipo de música que un conductor loco mueve en forma intermitente la perilla para elevar o acallar las voces que vienen del aparato.
Es insoportable porque no puedo seguir la secuencia de las palabras y de la música, me pierdo las cadencias, los improntus, las expresiones, el idioma que se está gestando, no me puedo mover de donde estoy, ni clavado ni tullido ni atado ni ninguna forma de inmovilización artificial, tampoco enfermo o enyesado, simplemente imposibilitado de moverme de defenderme de quien o quienes no me permiten disfrutar, o no disfrutar, pero escuchar y decidir sobre lo que se dice o se toca o se ejecuta…
Estoy como una sombra que sigue a su dueño pero en este caso el dueño también esta como paralizado, detenido, absorto en un no movimiento por lo tanto es complicado que me resista, aunque lo haga no cambia nada mientras el titular corpóreo  se mantenga tieso duro quieto inanimado.  Ahh!! ¿Pero como animado si yo estoy en pleno uso de mis facultades cognoscitivas? ¡¡¡No puede ser!!!
Tampoco estoy duro como una estaca, me muevo, me balanceo, no giro pero crujo además miro hacia los costados e intuyo que hay vida…¿qué vida?  Hace un tiempo, no puedo medirlo, no sé que son los tiempos ni como se puede seguir la traslación de los momentos, para mí siempre es lo mismo, pero lo concreto es que pude ver un ser increíble, lo cuento en tiempo presente que me resulta más fácil para recordar sus características…lo más horroroso son los seis tentáculos y las decenas de tentaculitos con los cuales se traslada aprisiona aprieta destruye, e inclusive puede cubrirlos de pieles raras supongo que para evitar contaminarse.
Es un cuerpo dividido en tres partes, la superior como periscopio formada por una caja cuadrada con diferentes habilidades como por ejemplo faroles para detectar su rumbo y antenas a los costados que supongo que cumplen la misión de un radar y un tubo central que me dio la impresión que es como una corneta, como un instrumento de llamada, no quedó claro porque la más de las veces está cerrado y cuando lo abre está enmarcado como con límites de color blanco amarillento y por dentro un tentáculo pequeño que se mueve permanentemente. Lo realmente horroroso puerco asqueroso que me produce un rechazo impresionante es que la parte superior está cubierto por una piel escamosa que se mueve sola, inclusive uno de los tentáculos  la toca como para ordenarla o acariciarla, eso es lo repugnante, es como que tiene vida independiente  del resto de ese periscopio.
Debajo de este un cuerpo central más voluminoso, de forma rectangular del que nacen dos tentáculos grandes que terminan en tentáculos más pequeños, no conozco la función pero parece que sirve solo para mantener el cuadrado superior que debe ser el más importante. En el centro se repite la piel escamosa, de color distinto del resto pero en este caso no es ni ordenada ni acariciada, por lo menos eso es lo que me parece.
Yo digo un ser, pero me parece que hay más de uno y que son distintos entre sí aunque la confirmación y los espacios que ocupan parece ser el mismo pero el otro ser, o me parece otro ser, tiene en el cuerpo principal dos protuberancias, una a cada lado, que no sé qué función cumplen pero he visto que las toca con uno de los tentáculos y además el otro ser cada tanto se las introduce en la corneta, además y por último las escamas de la parte superior son más abundantes y largas, un verdadero desastre, tengo intenciones de vomitar de solo pensarlo ni siquiera verlo.   Ese cuerpo central no parece tener ninguna función como las que describí para el cuerpo superior, por lo tanto presumo que su existencia es para sostener el de arriba y para posibilitar el nacimiento del tercer cuerpo de este monstruo cuya  función aparente es sostener dos enormes tentáculos con los que se traslada deslizándose.
A tiempos previstos mutan de piel, no siempre es la misma ni en los colores ni en la textura, me doy cuenta de la textura porque siempre la apoyan en donde estoy y siento las diferencias, obvio que trato de contraerme por el asco que me causa pero como estoy tan tieso no me permite otro movimiento.
A veces no mutan, es decir no aparece otra piel sino que se sacan la piel externa y quedan en una piel interna que es bastante parecida entre los dos seres entonces hay oportunidades en que se enciman y otras que no, mucho no entiendo las funciones que cumple, pero de uno de los seres advertí otro tentáculo en el centro del cuerpo entre el modulo del medio y el inferior.
Me suceden dos situaciones, por un lado estoy comenzando a entender bastante de su dialecto y por otro no conté pero a veces, bastante seguido, aparecen otros dos seres pero de mucha menor altura que los descriptos.  Son apretados por los grandes y siempre se vuelcan en el mismo lugar donde los seres grandes se enciman.
Uno de ellos, el pequeño, expresó con voces entrecortadas y por eso no muy claro, que tenía un monstruo debajo de la cama, no sé que es una cama pero la descripción de lo que llamó monstruo era como soy yo.

domingo, 4 de agosto de 2013

OBITO

Me morí. No estaba en mis planes paro me morí igual.  No fue muy terrible, no me pegaron un tiro ni dos, no me pegué un tiro ni me colgué de una soga. Tampoco crucé la calle en forma imprudente y me atropelló un colectivo ni crucé la calle prudente y el que me pasó por encima era un desaprensivo conductor.  No para nada. Simplemente estaba parado hablando con mi mujer y me caí, pero mientras me estaba cayendo no solo ya estaba muriendo sino que me daba cuenta que me estaba muriendo y no podía explicarle a mi mujer lo que pasaba porque ese mínimo instante entre que me muero y me caigo es tan ínfimo que era mucho explicarle y no se podía porque sencillamente ya era muerto.
¿Qué cosa que te das cuenta no? Y uno quiere explicarle al otro o a los otros porque es un tema que nadie que lo haya experimentado lo explicó o lo contó, que es lo que te pasa que te morís.
Cuando es por un accidente o te suicidás o te matan porque te quieren matar en esos momentos tenés tiempo de contar, o por lo menos a veces tenés tiempo de contar pero lo que no podés contar es el exacto momento en que te morís, ese  momento crucial liminar  hito mojón decisivo concluyente crítico trascendental en que uno pasa de respirar como desde el primer momento de nacimiento o latir como desde la semillita en el vientre de tu mamá a no hacerlo más, porque respirar y latir sucede aunque vos no quieras, sucede porque sucede, uno es una máquina y la máquina es una sucesión de movimientos y los movimientos son eso, respirar y latir, todo eso hasta la electrónica porque con la electrónica no hay movimiento sino un algo raro que produce que lo que no es raro se haga algo.
Pero lo cierto que pasa es que dejás de respirar y latir y te morís.  Pero yo quiero contar ese pedacito de momento, ese pedacito en que estoy pensando en que estoy hablando en que estoy bostezando o masticando o pitando o besando y de pronto pluf, ya no más.
Claro que es más fácil para los que se están muriendo, te está estrujando una boa y vos sentís como te embucha y hasta querés que se termine o te caés al precipicio o te agarra el ataque al bobo y vos sentís como la parca te rodea y se sonríe y en una de esas hasta podés saludar a tu familia y te sonreís porque le cagás la vida a la compañía de seguros que tiene que ponerle los morlacos, pero lo más triste es que te cagaste la vida vos porque te moriste, el final es predecible.
Todo esto se puede contar hasta con lujo de detalles y un poquito de maquillaje para darle dramaticidad al drama.
Yo quiero contar ese instante ínfimo mínimo último pequeño reducido notable perfecto en que me morí pero solito sin que nada ni nadie me ayude, pero no me sale, no porque no tenga la imaginación suficiente como para expresarlo con palabras orales o escritas, en definitiva mi oficio es escribir, es explicar, es contar y obviamente estoy entrenado y tengo vocación para relatar.  Pero como lo que quiero expresar concierne a mi muerte y mi muerte es tan natural sencilla impune llana franca humilde y sobre todo espontánea que no me sale, no sé pintarla porque el momento fue tan diminuto que no me dio tiempo a pensarlo, ¡¡¡eso es!!!, no he tenido tiempo de darme cuenta.
No estaba en mis planes.  Me había despertado casi a la siete y estaba remoloneando cuando sentí las ganas de acariciar a mi mujer y de ahí a completar el ciclo del amor hay un solo pasito. Luego me lavé los dientes me puse desodorante y salí a la caminata matinal y un poco de correr, transpirar bien debajo de todo ese abrigo porque la mañana estaba bastante fresca cuando salí pero luego de media horita subió unos grados el termómetro y yo seguía corriendo, una ducha rápida, un café bien cargado, un par de puchos unos mates con yerba bastante fortachona y al laburo.  Y justo cuando estoy charlando con mi mujer con la  puerta abierta para irme me vengo a morir sin avisar,  súbito, con todas las cosas que tengo que hacer a mí se me ocurre morirme.
Fue tan rapidito, tan sorprendente, repentino exasperante y mínimo momento que no pude ni pensar lo que ocurría. Ni me acuerdo lo que estaba diciendo cuando

OH!!!

domingo, 28 de julio de 2013

CONFUSION

Lo que pasa es que las vías del tren son paralelas, si fueran de madera las nubes estarían bien reflejadas y las agujas de tejer no se perderían. No, lápiz, estás confundido, las hojas de diario no son sopa, sopa es cuando estrujás una mesa y luego de condimentar con cola de carpintero la pasás por la sartén.
Además los pájaros y los yacarés se enojan cuando ronco mientras estoy despierto.  Mi abuela que cuando se murió estaba despierta dice que no se puede tejer con manijas de auto y que las señales del tranvía son más antiguas que un bebé recién nacido.
El problema es que la geografía de las estrellas de otoño en el hemisferio ariano son más de noche que de tarde. Me preocupan las chinches porque cuando quiero pegar una foto en un libro de hierro se resisten sacando las patas para afuera. Tengo que probar con clavos de acero para hacer la cama, las almohadas de pluma de gorrión no se dejan meter dentro de la panza del gato que maúlla como un oso cuando no tiene las piedras para comer.
Las corbatas se anudan por su cuenta pero los cuellos son sin pajarita y con varios botones que cuando se quieren abrochar se prende la radio y se apaga la luz de la casa de al lado.
Los vecinos vienen en bandada para comer los restos de plesiosaurios abandonados por comadrejas y comadronas al costado del bosque de velas que se prenden por abajo y hay que tenerlas con los pies para soplarlas por el medio cuando se cumple aniversario de muerte de la pareja que se casó subida a un sequoia y lo peor pior son las lentejas que hay que contar una a una para repartir en los platos del hormiguero y que cada cucaracha tenga lo suyo y razonable sin olvidar que cuando las pisen no hagan ruido porque despiertan a los jueces que deambulan por las avenidas buscando a Tarzán que con su elefante chita se cuelga de los cables del trolley y del subte para construir nidos en los suburbios de los canales de riego.
Mi padre, que en paz descanse, viene a buscarme para juntos comer un solo fideo de dos kilómetros y condimentarlo con la risa de mi abuela la que estaba pero no estaba porque hay como seis abuelas y ningún abuelo de generación espontánea      que quema las alas de los angelitos que ya no vuelan ni rezan para que no se les queme el asado de diccionario.
Lo que pasa es que el matrimonio de la bombita de cuarenta bujías con la bombita de dos megatones no se puede consumar por ausencia de órgano musical aunque los faroles que toman la temperatura axial descubren que el calor brinda más protección contra los calambres que la urticaria. Por otro lado la culpa es de los espejos que no se dejan engañar por lo relojes que adelantan el siglo y convierten las carabelas de Colón estacionadas junto al obelisco en muñones de globos terráqueos o figurones de proa para escandalizar a las ONG dedicadas a la pornografía del virus cuando penetra el marcador verde con que se dibujan los destinos de los aliens.
Eso pasó cuando imaginé la noche que habíamos pasado tan plena de carozos y cáscaras de cine en el limbo de los pisapapeles y cables de transmisión de gas para propender la ejecución de elecciones entre los infantes por nacer.  Eso eso es lo mejor, poder elegir que padres queremos, si queremos padres o pares.  Eso eso es lo mejor, mamaderas de papel para llenar con tinta de alfombra y marionetas de títeres que asoman sus quichicientos dedos de cada mano en el alumbrar de un día que se hace madrugada y vuelve para atrás el reloj de no sé qué.
La mancha del guardapolvo  no se saca con plumero y sí con tenedor y el vaso de leche no se toma con bombilla sino con sorbor al que se le agrega polvo de estrellas y Frankie con café más vino en damajuanas y damajuanas que son damas tiesas y teresas.  Los teléfonos gritan su angustia del cero y la imposibilidad de comunicarse sin que los aprieten por todos lados y envolver con hilo sisal el humo de los aparadores con que se cocina la historia del sonido de un timbre convocando al vómito colectivo que alimente los trapos de hojalata y las llaves del sacrificio involuntario de los marcos para cuadros y pinturas rupestres fabricadas ayer mientras mi otra abuela que dormía después de morirse.
Las carpetas aúllan de vergüenza por las cosas que ocultan del allanamiento vertical y la estampida de cuerdas de guitarra que espantan a las notas musicales de un coro de entusiastas máquinas de televisar encuentros de
Mis sueño son tan reales que sueño que estoy frente a un pelotón de fusilamiento y hay un entorchado que grita FUEGO!!!
PUM

jueves, 23 de mayo de 2013

VIENTO VIEEENTOOO

Antes de considerar si el viento podía o no despeinarme, tenía que averiguar si efectivamente soplaba algo fuera del del departamento donde departía con el espejo, orientando meticulosamente cada uno de los pelos que aún coronaban mi cabeza.
-El tema no es sencillo, me tenés que escuchar con atención porque en algún momento de tu vida, espero que más tarde que temprano, el viento va a formar parte de tus planes para encafiolarte, que no es ser cafiolo sino vestirse como tal, es decir elegante con sobriedad para no pasar desapercibido justamente por esa elegancia runfla.
Ni se te ocurra ponerte un gato en la mollera, el viento distingue con claridad lo propio de lo ajeno, aunque lo hayas pagado es ajeno siempre, toda tu vida y lo que dure el postizo porque el céfiro busca con ahínco lo que no es original.
Se fija en el postín y zas, viene de cola y te lo arranca, no pibe con el viento no se jode.
Entonces, lo que tenés que hacer, lo que hay que hacer, es cuidar lo que te queda, masajes, buenos champúes, regularmente al coiffeur que te lo corte cortito pero no pasto, un corto fino che que no desentone cuando vas caminando por la Florida hasta la Richmond o la Rural, te metés en La Richmond te mandás al baño te quedás un rato haciendo nada y salís con gesto de “ya está la mañana”, saludás como gran amigo al portero de La Rural y seguís caminando apuntando contra el viento para que te lo empuje de adelante, aunque te aleje del tranguay que ibas a tomar.
Hay que tener cuidado Eolo es traicionero falaz perverso y burlón y su hijo viento es un digno alumno de su padre.  Igual, no me vas a decir que vas a tomar justo el bondi a una cuadra de Florida porque entonces todos te ficharon y lo mejor es cambiar de parada,  tenés que ir hasta el Cabildo o hasta el Plaza, según  donde vaya el viento vos reculás o avanzás.
No pibe con el viento no se jode.
Otra cosa es con los medios de trasporte, porque el viento que te despeina y te manda el gato al suelo, cuando viene de cola también te dice que donde estaríamos sin los veleros de los vikingos eh?  Y Colón, donde estaría Colón sin las velas y el viento que soplaba eh?  Ni vos ni yo estaríamos departiendo sin el coso ese.  Además fijate los aviones si van contra el viento gastan más nasta que si lo tienen de cola. Y seguro que eso va también para los autos y si vas en bici no es lo mismo ir en contra que a favor del viento o tenerlo de costado, pero vos que sabés si ni siquiera sabés andar en bici.
Las minas, preguntale a las minas cual es la diferencia entre ráfaga brisa y tormenta, se la saben lunga porque o se ponen la gomina o se les pone propio propio un nido de pájaros che, las minas son espertas en el viento porque se ponen de todo abajo del cogote para parecer lindas y no van a descuidar la parte de arriba, la torre, la terraza, el ático como decía mi maestra de tercero. ¿Que se habrá hecho de la señorita Carmen?, esa sí que sabía de todo y de las tormentas un montón porque había nacido en el campo y decía que a veces había que atarse a la columna del rancho para que no te lleve el viento.
Pero te estoy haciendo propio un lío, lo concreto es que hay que dibujarse bien la sabiola para distribuir los pelos con armonía y saber lo que pasa en la calle con el viento para decidir hacia donde ir.
El tema pior es en otoño o invierno y a veces en el verano con esas tormentas de verano que lo que traen seguro es mucho viento. En cambio en otoño y en invierno uno ya sabe y sale preparado, mejor preparado que para las sorpresas del verano cuando en medio de   la calor viene el viento de sorpresa.
También es bueno aprender a usar sombrero o gorra, tiene que ser con pinta, hay que tener de verano de invierno de noche de salir al cine al teatro y a la cancha y para que el viento no te la afane y junto a la gorra o el sombrero te despeine la tenés que atar detrás con esos aparatos como el dentista cuando te pone el babero, una punta a la gorra y la otra a la camiseta debajo de la camisa o el pulóver ¿viste?

jueves, 28 de marzo de 2013

¡¡¡¡SSSUPERMANNN!!!

Lo que paza zeñor ez que yo no zé lo que pazó mi hermano ziempre jugamoz a quien le dura maz el pan con manteca y también zi ez maz manteca que pan o maz pan que manteca.
Noz cagabamoz de riza porque mi vieja noz miraba de reojo para bichar cuanto poníamoz de manteca y que no noz pazemoz con el azúcar, ahh porque también le poníamoz azúcar y era un dezaztre de manteca de azúcar y enzuziabamoz todo y mi vieja ze enojaba, pero era de mentira, nozotroz zabíamoz que ze zonreía con nueztro juego.  La manteca no duraba nada en la heladera, nozotroz enzeguida la morfábamoz con el pan.
La coza era cuando eztaba el abuelo, porque el abuelo, el papá de mi papá, vivía con nozotroz y cuando venía del boliche, recontramamao, y ze daba cuenta que la meza de la cozina estaba recontrazuzia de azúcar y grazoza de manteca, empezaba a repartir cozcorronez por todoz ladoz y puteaba, puteaba que era un contento, aprendimoz un montón de puteadaz con laz puteadaz del abuelo, y como noz pegaba mi vieja ze enojaba con él y también lo puteaba y el abuelo también le daba algún cachetazo a mi vieja y dezpuez ze iba a zu cuarto a dormir la mona, como dezia la vezina de arriba, que ezcuchaba todo y ze azomaba por la ventana para no perderze nada.
La vezina tenía doz frazez: dormir la mona y que todo era un zainete.  La mona era la
mamúa de mi abuelo y el zainete era porque en mi caza todo el mundo la ligaba, bah, todo el mundo no, mi vieja y nozotroz doz porque a mi viejo y al abuelo nadie ze le animaba.


Cuando llegaba mi viejo del laburo y mi vieja le contaba lo que pazó, mi viejo le gritaba al abuelo y chaz, cachetazo a mi vieja por peliarze con el abuelo.
Todo ezto pazaba cada doz o trez díaz, y ze repetía como zi no hubiera habido una vez anterior, como zi todo empezara de nuevo zin recordarze que ezta película ya la vimoz, y también la ligábamoz de nuevo nozotroz por provocar al abuelo o por no limpiar o porque noz poníamoz a llorar o porque juzto eztábamoz  zerca. Y azi ziempre.  Bueno, ziempre no pero a cada rato. 
Entonzez con mi hermano jugábamoz a loz zupereue y yo era mi abuelo, a mi no me guztaba zer ziempre mi abuelo pero mi hermano dezía que como él era el mayor él tenía que mandar y yo le tenía que hazer cazo y entonzez ziempre que mi hermano y yo jugábamoz a los zupereuez me obligaba a hazer de malo.
Y entonzez zeñor lo mejor era cuando noz ibamoz con mi hermano a la ezcuela porque en la ezcuela nadie ze mamaba ni noz pegaba, tampoco había pan con manteca y azúcar, pero ezo no importaba porque la ezcuela era máz divertida y tranquila que mi caza que ziempre volaba un caztañazo.  Lo mejor eran loz recreoz porque en loz recreoz jugábamoz un poco a la pelota y también a loz zupereuez pero en loz recreoz con loz chicoz yo era sssupermannn y era rebueno y zalvaba a todoz de todaz laz cozaz malaz que les pazaban, que eran un montón.
Dezpuez del cole y dezpuez de hazer loz deberez, que era cuando mi vieja noz dejaba zalir a la calle, otra vez con loz chicoz yo era otra vez sssupermannn y ganaba todaz laz
peleaz con loz maloz que eran muy recontramaloz pero yo igual lez ganaba.
Y zi, a alguno le debían pegar, pero el único que tenía un abuelo borracho era yo, bueno no ze zi yo era el único que tenía un abuelo borracho pero zeguro que era el único que el abuelo borracho vivía en mi caza.
Loz chicoz nunca contaban ezaz cozaz de loz abueloz. El Pili una vez me contó que la abuela le había amazado loz fideoz.
Una vez, cuando vino mi abuelo del boliche, yo eztaba zolo comiendo mi pan con
manteca y azúcar, mi abuelo me pegó zin decir agua vá, agua vá era una fraze que mi abuelo dezía siempre que la dezian en zu pueblo que era un pueblo muy chico en un lugar que queda muy lejoz, cruzando el ozéano el mizmo  que viajó colón haze un montón, entonzez llorando le pregunté porque mierda me pegaba y entonzes me pegó de nuevo y me dijo que no tenía que dezir mierda,  aparezió mi hermano que eztaba en el baño y lo corrió para pegarle pero no lo alcanzó, cuando mi hermano ze azercó a mí dezpuez que mi abuelo ze fue a zu pieza también me pegó en la cabeza con el puño zerrado y yo que ya lloraba por el golpe del abuelo lloré máz fuerte por el golpe de él, le pregunté porque me pegaba y me dijo que por nada total ya eztaba acoztumbrado a laz palizaz.
Aparezió mi vieja con la bolza de la feria y me vió llorando entonzez lo agarró a mi hermano del pelo y lo requetezamarreó y dezpuez me pegó a mí, la cueztión ez que zin dezir agua va la ligué por todoz ladoz.
Cuando llegó mi viejo del laburo me fui a la calle no fuera que la ligara de nuevo.
Y entonzez yo jugaba con miz amigoz y yo era el zupereue y cuando jugaba con mi hermano yo era el malo porque dezía mi hermano que azí tenía que zer zi no él no jugaba.
A mí me guztaba maz jugar con miz amigoz que con mi hermano pero como mi hermano era maz grande que yo a mi me guztaba jugar con él pero a vezez mi hermano
me obligaba a jugar para que el zea el zupereue porque loz amigoz de él no jugaban a loz zupereuez jugaban a laz cartaz o ze rascaban el pantalón y mi hermano con ezo no iba.
Una vez que zalí a la calle a jugar dezpuez del pan con manteca y azúcar y dezpuez que mi abuelo me pegara a mí a mi hermano y a mi vieja y yo zalí a la calle llorando y todoz
me miraban zin preguntarme porque todoz zabian lo que pazaba en mi caza bueno la cueztión que yo fui por un rato sssupermannn y dezpuez me aburrí y me puze a caminar y caminar y caminar y ze hizo de noche y yo zeguí caminando y llorando, llorando hazta que ze acababan laz lloradaz pero laz lloradaz no ze acababan y me zenté en la calle me apoyé en un árbol y me quedé dormido.   Cuando me dezperté había un ruido un montón y pazaban muchos autoz y colectivoz y yo no zabía donde eztaba, me azerqué a un polizía y llorando le dije que me había perdido, el polizia llamó por el telefonito eze que tienen en el hombro y me vino a buzcar un coche de la polizia, uahhh no zabe que autazo y todaz laz cozaz que había adentro de eze auto.  Cuando llegamoz a la caza de loz poliziaz me dieron un mate cozido con pan y manteca, como en mi caza, pero zin azúcar y vino una zeñora y me preguntó zi zabía donde vivía y como me llamaba, yo zabía donde vivía, como no iba a zaber, pero no zabía el nombre de la calle que era lo que la zeñora quería que le diga.  Pero al rato vino otro zeñor zin uniforme como uzted y me zubió a otro auto que no era como el otro y me llevó a caza.  Eztuvo un rato largo con mi mamá y mi papá y dezpuez ze fue.  Me tocó la cabeza, me dio un bezo en la frente y ze fue.
Cuando quedamoz zolos yo con mi papá y mi mamá porque mi abuelo eztaba en el boliche y mi hermano en la ezcuela mi viejo ze zacó el cinturón y me la dio como zi yo
fuera un perro rabiozo.
A la noche me levanté dezpazito y me veztí, me puze la mejor ropa, laz zapatilla de zalir y el pantalón de loz cumpleaños.  Zerré bien laz ventanaz, abrí laz llavez de gaz de la cozina y me fui a la calle y me puze a caminar y caminar y caminar y mientraz  caminaba penzaba en que ziempre ziempre alguien tiene que hazer de malo.
Ze hizo de día y yo zeguí caminando hasta que otro polizia me preguntó quien era yo y yo le contezté: sssupermannn. 
  

lunes, 25 de marzo de 2013

EL ASCENSOR

Se lima minuciosamente las uñas, con esmero y concentración, sentada, con la espalda apoyada contra la pared de acero inoxidable. La punta de la lengua asoma por la comisura izquierda de la boca. El cris cris de la herramienta me molesta aunque parece que yo soy el único que escucha el esmerilar, lo único que falta es que saque pintura de uñas de su enorme mochila para terminar de exasperarme, aunque a decir verdad ya estoy bastante exasperado, no solo de ver cómo esta mujer ignora la preocupación del resto de los pasajeros sino por la demora en el equipo de rescate. No soporto su aparente tranquilidad y absoluto desapego a la angustia,  la preocupación que me completa.
¿Qué puede tener en la mochila? No tiene pinta de estudiante universitaria y aunque es de aspecto joven no lo suficiente como para pensar que cursa ninguna carrera de grado, aunque la verdad ahora se ve también gente grande cursando carreras, ¿para qué cuernos van a la universidad si lo que les queda de vida para ejercer no es mucho?  Hacen gastar plata al gobierno, poner profesores personal de limpieza gastar en tizas luz y no sé cuantas cosas más para individuos que van a concentrar su ego pero no pueden ejercer con fuerza juvenil la profesión que elijan, la verdad hay que poner un límite, no puede ser que cualquiera se abrogue el derecho de hacer lo que quiere, en este caso inundar las universidades de viejos con ínfulas.
Pero si no tiene libros ¿qué tiene que ocupa tanto espacio?, también puede ser que tenga ropa interior femenina, si claro, eso debe ser, pero las bombachitas son diminutas, caben en un puño, no, no debe ser ropa interior, quizás un pullover o saco de punto previendo que la temperatura baje, pero ya tiene un saco de punto puesto, por lo tanto dudo que lleve otro. Quizás tiene algún acontecimiento por la noche y lo que tiene es ropa para cambiarse, un pantalón más elegante o una pollera. Claro, es por eso que se está arreglando las uñas, tiene una cena o fiesta o un galán que la espera para una cena romántica.
El aspecto de cualquier manera es bastante dejado, el pelo no está prolijo, los zapatos que tiene no son zapatos son zapatillas por lo tanto si lo que tiene es un encuentro de cualquier tipo pero elegante debe tener además un par de zapatos en la mochila.  Entonces en la mochila ya sabemos que lleva una pollera o un pantalón y un par de zapatos, debería tener también una blusa, o una camisa o una remera elegante o por lo menos si no es muy elegante, más cuidada que la que tiene puesta que parece bastante usada, limpia pero usada, se ve en el reborde del cuello que ya se está deshilachando.
¿Qué edad tendrá?, no más de treinta y cinco ó cuarenta, tiene el cutis terso pero arrugas alrededor de los ojos, debe ser de fijar la vista en lecturas con letras pequeñas o muchas horas frente a la pantalla de una computadora o preocupaciones familiares, dificultades económicas que le dan aspecto de sufrida, quizás tiene una enfermedad incurable, o curable pero crónica.
Entonces en la mochila lleva una pollera, una blusa, un par de zapatos.  Y claro, como seguramente debe tener pocos recursos sale de su casa con la comida en algún envase de plástico.  Es más barato cocinar en casa que detenerse en un restaurante, debe tener un par de esos envases que se llevan y guardan las comidas, un poco de arroz,  alguna croqueta y seguro un huevo duro, que es barato y llena.  Ah!! También una botellita con agua, pero no agua mineral, agua de la canilla nomás, es muy evidente que esta mujer tiene pocos recursos.
¿Lleva reloj?, no, no lleva reloj, que raro, eso significa que no tiene empleo fijo que tenga una hora para ingresar y para irse pero además para controlar cuanto le falta para el intermedio del medio día.  Entonces tampoco va a la universidad porque las clases tienen un horario, no es un cine de continuado que uno entra y se va cuando quiere, hay que guardar determinadas formas y normas de respeto por el otro que llegó puntual.
¡Todo el mundo tiene reloj!, ¿cómo es que no  tiene? ¿Cuando tiene una cita pregunta la hora a la gente que camina por la calle? ¿Espera el tono de la hora en la radio? También puede ser que esté guardado en la mochila, que sea valioso, para lucir y que no se lo ponga hasta que no se cambie para su cita por temor a que se lo roben, claro eso debe ser, tiene reloj está guardado en la mochila hasta que se cambie y se ponga linda porque teme a la tentación de los ladrones.
Entonces a la pollera o pantalón, a la blusa o camisa, a los zapatos, a los envases de plástico con el almuerzo y la botellita con agua de la canilla debemos agregar un reloj.  Bueno esa mochila tan cargada está tomando forma.
¡Cuánto que tarda la gente que nos va a sacar de acá!
Sigue con las uñas. Ah, ahora está guardando la guadaña de las uñas en la mochila, no se ve nada de lo que hay adentro, saca una bolsita como esas que los chicos guardan los lápices y de la bolsa una pinza, ¿una pinza? ¿Qué va a hacer? Oh también un espejo, epaa esa bolsa es como una caja de pandora, primero la lima, ahora un espejo y una pinza.  Se está sacando pelos de la frente, se está sacando pelos de las cejas.  Está cantado se embellece porque tiene un cita, yo tenía razón.  Lo que no sé si es una fiesta de muchos o una fiesta de uno, o dos claro. 
No comprendo la tranquilidad, la falta de pronunciamiento por la demora en rescatarnos. Parece que hubiera preocupación pero no se expresa, es como si  fuera una fatalidad anunciada y lo que hay en el resto de los pasajeros es paciencia, que yo no tengo. No charlan entre ellos, casi no se miran, aunque se miran.  Hay una mamá, bah supongo que es la mamá aunque sus dos hijos no han hablado así que no puedo confirmar si es la mamá una tía una maestra o la persona que los cuida mientras sus padres aportan al sostenimiento desde sus trabajos, o quizás los padres están separados y esta señora que es la mamá lleva a sus hijos a casa de un pariente para que los atienda mientras va de compras o a trabajar o a salir con otro señor o con amigas, vaya uno a saber.  Un señor muy pero muy viejo que se apoya en un bastón, no habla, no se queja y solo mira al suelo, de a ratos suspira. Nadie lleva ni bolso ni cartera, solo la mujer sentada en el suelo  que continúa con la tarea de procurar embellecerse. Yo digo que es una mujer porque qué hombre va a limarse las uñas, los hombres nos cortamos las uñas y listo, tijera o alicate, pero no nos limamos y mucho menos nos buscamos los pelos que sobresalen de las cejas y menos que menos llevamos espejitos en nuestros morrales, todo eso es cosa de mujeres.
Pero la verdad sea dicha, aunque no me guste, ahora hay hombres con los pantalones bien puestos que se hacen la manicura, se prolijan la cara y supe hasta algunos que se tiñen el pelo y hay quienes se depilan el pelo del pecho.
Entonces esta señorita en una de esas es señor, le imputé sexo femenino por la tarea con las uñas, pero usa pantalón y como está agachada sobre sí misma no veo si tiene pechos, bah pechos seguro, quiero decir tetas.
Me molesta esa persona, ahora dudo del sexo que porta, no solo se ocupa de sí misma, de su aspecto, sino que además ignora a todos los que estamos embarcados, pero lo que más me indigna es que ni siquiera ha levantado la vista para mirarme yo que estoy tan interesado por ella, o por él.  En este preciso instante levanta la mirada y paraliza el brazo que sostiene la pinza de depilar, levanta la mirada y la posa sobre mí, sonríe, como si me escuchara pero yo no abrí la boca.  Inmediatamente vuelve a su espejo y busca ese pelo rebelde que en algún lugar se esconde y le molesta.
De pronto aparece como una urgencia, se detiene un instante en su pensamiento y acción.  Abre la mochila, guarda la pinza y el espejo en el envase que lo portaba y todo adentro, trato de mirar de reojo el interior, ahora sí alcanzo a ver un tono blanco.
Y ahí caigo, claro lo que vi es la blusa, es blanca como suponía, está arriba de todo para que no se arrugue.  Me sonrío a mi mismo con la satisfacción del acierto. 
Se para con la mochila aún abierta.  Se para como sabiendo que el vehículo se va a detener o a poner en marcha, ahora no sé si es que se movía y nunca se detenía o nunca se movió pero tampoco se abría la puerta.  Se para sabiendo que vendrá el equipo de rescate.  No le noto tetas, tampoco advierto bragueta, la mochila sigue abierta y nos mira desde un poco más arriba, esa persona es alta, bastante alta, casi toca el techo con la cabeza.
Se desprende el saco de punto y se lo saca, queda en remera, se saca la remera y hurgando la mochila saca un corset que  ata a la cintura del que se abren un par de alas blancas  muy largas, ocupan todo el espacio y molestan porque no dejan ver lo que pasa,
-Señores, dice, -preparados…buenos días…feliz estadía…la puerta del ascensor se abre. -llegamos al purgatorio.

lunes, 4 de febrero de 2013

¡¡DALE QUE!!



¡Dale que!!…Ese era el canto de guerra con que cada tarde, luego del cole, los deberes que nos dejaba la señorita Carmen y escuchar a Tarzán en la radio, estábamos en la puerta de casa con los chicos de la cuadra hasta que mi vieja gritaba: ¡¡la leeecheee!! Y me traía el tazón con un pedazo de pan con manteca y azúcar hasta la puerta de calle
-Tratá de no correr querés, que te agitás y pasás mal la noche, decía como un título permanente.
Y  no corría, pero sí corría. En los desafíos a la pelota que jugábamos sobre Pringles  llevaba la bandera, me ponía en la ventana de la casa embrujada y la lata de conserva era donde apoyaba el asta de la bandera, que era la escoba desahuciada por alguna vecina y  la bandera era una camiseta del viejo de Julio, que era tachero, y le pintamos una rana.
A veces íbamos a jugar del Edu, que como tenía un soplo en el corazón estaba siempre en la cama.  El Edu no tenía papá, no sabíamos por qué, tenía una mamá y un hermano mayor y vivían todos en la misma pieza.  Con la Primus cocinaban y había una radio.
Al lado de mi casa estaba la curtiembre, ¡un olor!. La curtiembre en el pasillo de entrada  tenía una planta de zarzaparrilla, que es una planta que las ramitas son huecas y no se prenden fuego pero hacen brasita, nosotros la prendíamos en la punta y fumábamos zarzaparrilla, éramos unos grandotes de ocho años.
A la vuelta estaba el Albeniz, daban tres películas seguidas y costaba ochenta guitas.  A veces mi viejo me dejaba faltar al cole para ir al cine, pero a veces  no tenía los ochenta guita para la entrada, entonces Daniel me pagaba.
También iba al cine con mi hermano, al Holliuod o al Medrano, que quedaban como a ocho cuadras, yo me llevaba el sangüich de milanesa,  lo comía despacito para que durara más y hasta me parecía que comía más que mi hermano porque yo lo terminaba después.
Por supuesto estaban las figu, a veces cambiábamos entre nosotros pero lo mejor era jugar contra la pared, ganaba el que la acercaba más y a veces era muy difícil porque las poníamos paradas contra la pared y había que voltearlas con otra figu. Me acuerdo que las figu eran estarosta porque mi viejo le vendía no sé qué y siempre traía unos paquetes.
El “dale que” era lo mejor porque no había que gastar ni en figu ni en autitos ni en gofio. Uno jugaba y era príncipe, bandido, el muchachito, el que domaba el caballo y hasta el sheriff.  Me acuerdo que éramos como cuatro para jugar y a veces los vecinos se sentaban en la puerta de las casas para ver lo que nosotros hacíamos en la vereda.
Enfrente de casa estaba el almacén y nosotros,  íbamos siempre a ayudar y el Alberto nos dejaba armar los paquetes con la harina, con el azúcar, la yerba, los fideos,  que estaban en unos cajones enormes y con unas palas como de jardín lo sacábamos y lo poníamos en unos papeles que Alberto envolvía y le hacía como unas orejas muy simpáticas y no se derramaba nada, era un campeón el Alberto.
Para jugar a las figu ni siquiera había que hablar, uno metía la mano en el bolsillo y las sacaba y el otro entendía y sin siquiera una palabra había rodilla en tierra y dale que dale contra la pared. 
En cambio cuando el tema era el ¡DALE QUE!! En un instante estaba el argumento: yo entraba al pueblo y vos estabas asaltando el banco…no era necesario que tuviéramos cartuchera o revólveres todo era con las manos y la imaginación.  A veces éramos combois y a veces simbad o sandocán, nadie quería ser “el malo” y nunca había mujeres no solo jugando sino tampoco en la historia.   
Un día me di cuenta que me aburría con el “dale que” pero no me aburría ni con las figu ni con los autitos a los que “tuneábamos” con masilla y algún tornillo para que sea más estable y no se caiga cuando los hacíamos correr en el cordón de la vereda, que como era de granito los autitos tropezaban y volcaban.  Los mejores eran los de Julio y yo pensaba que como el viejo de él era tachero Julio entendía más de estabilidad y velocidad de los autos.
Una tarde cuando salí a la puerta con el pan y manteca con azúcar pasó Cristina, la vecina de la casa de al lado, el hermano, Oscar, era más grande y era amigo de mi hermano mayor, Oscar iba al Liceo Naval,  venía con el uniforme y barría con todas las miradas del barrio, el papá trabajaba en no sé qué en el gobierno.  La miré a Cristina y me di cuenta que la blusa se le estiraba en el pecho, ella ni me miró.  Después lo conversé con los muchachos cuando fuimos a la casa del Edu.  Todos hablamos de Cristina pero también aparecieron Teresa, Maria y Julia también, aunque vivía en la otra cuadra.
Ahí quedó, jugamos a las cartas.  Cuando volvíamos para mi casa, Daniel vivía en el departamento de arriba, siempre nos hablábamos en el patio porque la ventana de su pieza daba con el patio de mi casa. 
–Che ¿la tuya es grande?
-Y no sé ¿y la tuya?
Y nos metimos en el cuartito que estaban los medidores de gas a mostrarnos y medirnos. Nos tocamos cada uno lo del otro pero no pasó nada.  Eran como manicitos.
Cuando me acosté, después de cenar, me empecé a masajear como lo había visto a mi hermano,  todo igual, tenía que preguntarle a él.  Que me contara como era la cosa, yo ya era grande aunque no tuviera muchos pelitos,  ya tenía en las piernas.
Mi hermano me contó cómo era eso de la “regla”, ¡¡pobres minas!! ¡¡todos los meses!!, también  me contó de la calentura y de un montón de cosas que me hicieron un barullo en la cabeza.    
Los únicos que teníamos hermanos mayores éramos el Edu y yo. También estaba el de Cristina pero no le íbamos a preguntar justo a él que era como capitán de barco, a ver si nos llevaba en cana.
Al otro día, má que autitos y figu, después del cole y los deberes nos fuimos de raje a los del Edu a hablar con el hermano.  Nos contó lo mismo que mi hermano pero además dijo que nuestros viejos también lo hacían, casi me caigo de culo, no solo eso, también la señorita Carmen con el marido, ¡era casada!, se nos cagó de risa en la cara. Se enojó fiero cuando yo cansado de la cargada por mi ignorancia lo encaré y le dije:
-¿y tu vieja?, ¿como hace tu vieja que no tiene marido?, casi me mata.  Por un tiempo no pude ir a la casa del Edu.
En la escuela le pregunté a Montillo, que como había repetido era más grande.
-Che gordo, ¿vos estás avivado?, me miró con una cara como si le hubiera preguntado no se que, me di cuenta que no estaba avivado cuando le pregunté de nuevo:
-Che gordo, ¿sabés lo que es la regla?, y  él sacó la escuadra que tenía en la cartera.
-¿Sos boludo vos?, me dijo el gordo.  Y sí, yo era un boludo, el era único hijo, sin mamá, vivía en la cuadra de la vuelta que no había ninguna piba, yo era un boludo que le preguntaba justo a él.  
Más adelante descubrí que con la imaginación reemplazaba las revistas chanchas que escondía mi hermano, y yo siempre descubría, para masajearme y acariciarme.  Con el resto de la barra concursábamos a ver cuántas veces por día y cuanto se tardaba en acabar.  Como no nos creíamos nunca lo que el otro contaba los torneos eran en la casa de cualquiera que estuviera solo y nos poníamos en ronda con el reloj de jugar al ajedrez del viejo de Daniel.  Justo con Daniel era que nos juntábamos solos y nos tocábamos entre nosotros y uno se lo hacía al otro.
El que nunca aparecía era el Edu. Ni le decíamos nada para que no se agitara. Ni siquiera le contábamos para que no le agarren las ganas.
Yo la soñaba a Cristina.  Me la imaginaba desnuda parada frente a mí o en posiciones sugerentes y talentosas en la cama.  Una vez hasta soñé con eso y se me escapó dormido.  A la madrugada lavé ese pedazo de sábana para que mi vieja no lo descubra a la mañana cuando hacía la cama.  Cuando me levanté para ir a la escuela me miró como si me descubriera.  Como si fuera la primera vez que me miraba.  Pensé que era de amor por su hijo menor, pero no, había descubierto lo que yo traté de ocultar.  Cuando volví al medio día mi viejo me dijo:
-Esta noche cuando vuelva del trabajo tenemos que charlar. 
-Si papá como quieras ¿algo importante? Pregunté con mi mejor cara de nabo.
Cuando mi hermano me contó lo de la regla también me explicó lo de la virginidad y a mí se me había metido entre ceja y ceja que quería intentar traspasar esa barrera, pero eso fue mucho más adelante, ya era un muchachote cuando me tocó la experiencia.
Promediando la secundaria, ya terminando el tercer año tenía una gran experiencia en masturbadas solo y colectivas, pero nunca una mina como debe ser. 
Uno de los de la división contó que podía conseguir una puta para los que quisieran.  Quedamos para el jueves que teníamos séptima y en la casa de Ruffo, que los viejos se iban por un fin de semana largo.
Éramos como siete, en calzoncillos en el comedor de la casa, yo era el penúltimo.  Cada uno tenía su guita en la mano, la cosa duraba unos diez minutos y parece que la mina, ninguno la había visto, era grande pero te explicaba todo para que aprendieras bien.
Estaba nervioso y con ganas de ir al baño. Yendo, pasé por la cocina y sentadita estaba la hermana de Ruffo con una amiga tomando mate.
La hermana de Ruffo era tres años mayor que él.  Me miró y la miré, quedé como congelado.
-¿Vos también venís a debutar pendejo? Me dijo sobradora. La amiga me miró como midiendo mi altura.
No supe que decir. –Si, dije tímidamente.  Con la sorpresa, hasta las ganas de pishar se me fueron. 
-Vení, acercate me dijo la amiga.  Me acerqué y me metió la mano por abajo del calzoncillo.
-¡Que chiquita!, esperá que te la agrando. Y se puso a masajear, yo: estupefacto, parado, en calzoncillos y mocasines. Ella dale que dale y la hermana de Ruffo tomando mate.  Dejó la bombilla y me dio un beso en la boca metiendo toda su lengua hasta la campanilla.
Dejemos los detalles, pero en la cocina, en una silla de la cocina, en la mesada de la cocina, con la hermana de Ruffo y su amiga yo le vi la “cara a dios” y debuté con las dos, que se la sabían lunga.
Salí despacio de la cocina. En el comedor no quedaba nadie, Ruffo debía estar con la mujer. Me vestí.
Cuando llegué a la calle erguí la espalda, saqué pecho y fui al quiosco a comprar  un paquete de puchos.