miércoles, 3 de diciembre de 2014

PARTICIPE NECESARIO



A la función le faltan unas pocas horas para comenzar y la sensación de escenario ya lo invade.
Le gusta sentir esa previa de nervios. Saber que va a haber gente que se admira de la soltura con que enmarca la actuación. El vibrar de los parlamentos, el sonido de los agudos y la pesadez de los graves, el trinar de los violines el sonido opaco de los contrabajos, la campanilla y las tubas tan distintas en tamaño y presencia sonora.
Lo que más le impacta es el orden exacto de las entradas de las voces humanas y de las de los instrumentos, horas y horas de ensayos frustraciones alegrías y nuevas tristezas cuando no se llega al “tono” exacto.
Por otro lado el llegar del público hasta los salones de recepción, revisar por enésima vez las comodidades: palco, platea, pulman del primero o pulman del segundo,  gallinero, platea adelante o al final, punta de banco o medio, en fin cada pasajero deseando que desde su lugar la visión y el oído capten las más sutiles de las entonaciones suspiros y respiraciones de contención o aspiraciones para el “tempo”, tener la maquinaria lo suficientemente cerca para admirar su tañir y ver las manos moverse por el cuerpo del instrumento que prende las cuerdas vocales a veces sordas a veces liquidas siempre maravillosas.
El rozar de los pies en las baldosas y luego en las alfombras, reconocer los tacos de las mujeres y la suela de los varones, adivinar los comentarios en voz alta en el hall para ser reconocido conocido y visto y luego en murmullo al penetrar en la catedral de la música para ser más conocido y más visto por la prudencia en el tono y en el lenguaje, el correr de las hojas del programa, el comentario sobre la vida obra y milagros de los protagonistas, desde el primero al último corista.  Los chismes sobre el autor, el recorrido de la vida del Director, cómo se imaginaron los personajes y quiénes los imitarían. Todo: instrumentos decoración personajes y actores forman un ejército al que yo cubro con mi tamaño y que debe funcionar coordinadamente, prolijamente, obedientemente.
Soy un personaje fundamental en el inicio y fin, en el intermedio, en la presentación, en la curiosidad y además trinchera para espiar y conocer previamente el estado de ánimo, quien y quienes están.
Efectivamente, aunque algunas modas han cambiado y experimentan con mi ausencia, la verdad es que mi presencia se nota mucho más que mi ausencia de lo cual me siento sumamente orgulloso…un solo tramo, costuras ocultas, bordados notables, venas flexibles pero firmes, obedezco sin chistar. Quien me construyó, me dibujó, diseñó, eligió y en definitiva tomó a su cargo mi nacimiento utilizó tijeras sobre el papel  dibujado, sobre la elaboración cariñosa que imaginó como un parto, desde la base o sea mis pies hasta el sino o sea mi cuello…y además me bautizó TELON.