domingo, 13 de mayo de 2012

SOLILOQUIO

Estoy concentrado lavando los restos de la reunión de anoche y escuchando las noticias por la radio y cuando oigo, tarde,  que suena el teléfono fijo, ya deja de sonar, espero un instante por si entra algún mensaje y en vano…
Todas mis relaciones laborales, familiares y de amistad saben que vivo solo y que por lo tanto lo mejor y más seguro es contactarme en el teléfono celular, debe ser algún ofrecimiento maravilloso de un producto nunca visto que alarga la vida, embellece la casa o harán más placenteras las vacaciones.
Dejé de lado la preocupación por el eventual interlocutor y seguí con el lavado y el orden…
La fiesta de anoche se había consumido todas las reservas de bebidas con y sin alcohol, los vinos finos, las cervezas importadas y los licores delicados habían sucumbido, me quedaron los corchos y tapones para colección, las botellas con formas originales para decoración y un desorden mayúsculo en la casa y el jardín, ahora estaba justificado convocar al paisajista y su gente para volver a poner los colores en su lugar y agregar otros.
La convocatoria en mi casa tenía que ver con que ya hacía dos años que vivía en ella y justificaba una celebración aunque en verdad lo que pretendía en el fuero interno, “in péctore” diría el Papa, era rodearme de gente y revitalizar la relación con amigos y familiares, mi vida de soledad era un disfrute pero también me alejaba de la gente y esta gente cada vez con más ahínco no me invitaba ni a compartir una salida al cine o al teatro, ya ni hablo de invitarme a cenar a su casa, y para mí la invitación a cenar era y es lo más importante de la relación, del encuentro, de la celebración o la despedida.
Algunos de los convocados vinieron solos a pesar de estar en pareja, era como si en el intercambio previo a la salida uno le hubiera dicho al otro, -anda vos, con uno solo que se aburra es suficiente-, había algunos entusiasmados pero se notaba que otros habían cumplido con la formalidad de la cita…algunas mujeres solas, pocas, cuatro o cinco, me sorprendieron dos de ellas porque son casadas, otras dos porque estoy seguro que podían tener programas más atractivos y otra que lo que pretende es seducirme, conquistarme y algo más, pero me resisto, esta mujer no es el modelo que busco, y tampoco busco, cuando quiero sexo tengo algunas amigas que también quieren placer sin compromiso y nuestra relación es adulta, cine teatro cenas pequeñas vacaciones, pero todo hasta ahí, nadie pierde su independencia.
En la reunión todo estuvo bien hasta que comenzaron a  aflorar los distintos criterios sobre la razonabilidad de los ascensos en la empresa donde trabajábamos la mayoría, en verdad no había motivo de acuerdo o desacuerdo porque en ningún caso rozaban las áreas donde estábamos cada uno, pero quizás alguno hubiera pretendido que también en nuestras secciones hubiera habido cambios  aunque no cuestionamos nunca a quienes nos supervisaban, era gente en general joven, de los  cuarenti, con antigüedad en la empresa y tenían valores.
Parecían machos jóvenes que tenían que demostrar quien la tenía más larga. Las mujeres también participaron de la discusión pero luego se apartaron.  Luego de este break lamentable todo volvió a su carril, cuentos verdes, anécdotas reales y de las otras, historias de viajes, planes de vacaciones, alguna insinuación subida de tono, en fin, el clima se distendió y todo volvió a un cauce interesante.
Fui al baño de mi cuarto y me encontré con una pareja teniendo sexo en la bañera, sobre una toalla de baño de las grandes ambos dos, polleras arriba ella y pantalones abajo él… justo en el momento de mi irrupción ella derramaba placer en su orgasmo con un suspiro largo y profundo y le temblaron las piernas agarrotadas alrededor de la espalda de su compañero…notaron mi presencia, ella intentó bajarse el vestido pero el habitáculo y su compañero le trabaron la iniciativa, él trató de salir con delicadeza de encima de ella pero le pisó las piernas en fin…me retiré y los dejé hacer…por supuesto el que usaron no era el de visitas, obvio, es decir que la intimidad había sido triplemente invadida, en mi cuarto, en mi baño y hasta en mi toalla .
Volví al escenario de la fiesta, algunos ya estaban para irse…poco a poco fueron recogiendo sus pertenencias y rumbeaban hacia la salida, acompañé a todos, algunos se iban solos y otros en grupo…los saludos, lo bien que la pasamos, te ayudo con la cocina, etc.…
Quedé solo y cuando disponía a comenzar a ordenar lo más grueso advertí que la niña que había ocupado mi baño estaba muy sentadita en el living…sola, es decir que su varón se había ido, no la reconocí, o por lo menos si la reconocí pero no era de aquellas personas que uno frecuenta, estaba en otro departamento de la empresa y si mal no recuerdo su esposo es vendedor de una región del interior, estaba algo confundido de encontrarme con ella en casa luego que todos se hubieran ido…me miró a los ojos y me pidió que sea discreto, que lo suyo fue un desliz de momento en que se sentía alegre, divertida pero sola y el sexo surgió y que no era su estilo tener sexo espontáneo con quien no fuera su esposo y etc. etc., la miré y le dije que sería discreto, y que su vida era de ella y no mía, terminamos besándonos y sexo, esta vez en el dormitorio y en la cama, cuando desperté ya entrada la mañana no estaba, quizás esa llamada era ella porque el número del móvil no lo tenía, cuando invité a la reunión junto a mi nombre estaba el número fijo…
El teléfono volvió a sonar y esta vez llegué a tiempo para atender la llamada, era alguien de quienes estuvieron anoche que me pedía que sea discreto, también, y que no comente en la oficina los intercambios habidos cuestionando algunas jefaturas y mucho menos de quienes habían sido los protagonistas y que si en definitiva no contaba que había habido una reunión festiva era mejor por los celos de aquellos que no habían sido tenidos en cuenta, -en verdad-, le dije, -todos habían sido invitados y el que no vino fue porque no quería- pero que cuente conmigo que yo era discreto y no ventilo temas que no son míos ante nadie.
Colgué, -che que linda tu fiesta ¿cuando se repite? ó –que bien que la pasamos anoche, buena música, buena compañía, buena bebida, ¡repetila che!, no, nada de eso, llamaba para recomendar que no lo ponga en evidencia, que no lo botonee.
¿Que me pasa?, tengo 37 años, soy soltero, sin hijos, tengo un buen trabajo en una reconocida empresa y con una función atractiva, viajo, conozco, soy mundano, medianamente culto, estoy informado, pero además estoy más solo que lo que personalmente armo para eso.  O he exagerado el cuidado de mi intimidad o hay un “algo” que me separa, aparta, aísla, distancia del resto de la gente. Siento que no es una sensación de segregación, de discriminación o aislamiento, es como si en determinados momentos no existiera para los otros, y eso no es siempre, es como cosa de un instante.  
Como si de repente me esfumara, pasara a otra dimensión, la vida y las cosas siguen transcurriendo, reaparezco y nadie nota ni que me fui ni que volví, pero lo que es seguro que lo último que dije que hice que apoyé que moví, ha pasado totalmente inadvertido.
Debo intercambiar con alguien estas situaciones, mis padres no entenderían y están muy viejitos como para que les comparta un conflicto existencial de uno de sus hijos, mi hermano mayor está haciendo dinero con sus empresas y no tiene tiempo de ocuparse de algo que no sean sus clientes y aún así si le llevara la ecuación me recomendaría charlar con un especialista y quizás deba ser así pero no estoy convencido.  Mi otro hermano tiene seis hijos, un mal trabajo, mal pago y en negro, su mujer está en permanente caraculismo y si le llevo el tema me cobraría la visita, no porque no le interese lo mío sino porque es una manera de pedirme dinero sin la obligación de devolverlo, cosa que igual hace: lo pide llorando y no lo devuelve ni informa sin llorar o con lágrimas que no puede devolver.
Yo le doy poco pero tengo a todos ellos en mi servicio de prepago médico y me hago cargo del Jardín de Infantes de los dos más pequeños.
Alguna vez le insinué a mi hermano mayor que colabore en la patriada pero me dijo que de impuestos estaba lleno y que el ya aportaba a la patria manteniendo a esos 50 vagos que tenía en sus empresas incluyendo su esposa e hijos.
Por lo tanto estoy en el punto de partida, solo y en soledad, un poco por mi decisión y un mucho por circunstancias que desconozco.
¿Que es la soledad? ¿La soledad es estar solo nada más? ¿Se puede estar solo y no en soledad?   Se puede estar solo acompañado por alguien pero ese alguien cumple con un rito de silencio que no es la ausencia de ruidos sino la de afectos, sentimientos, interés e intereses, y eso es la peor de las soledades.
Pero además se puede estar solo y bien acompañado, por quien se ama, se quiere, se respeta, se escucha, se convierte en referente y con la habilidad de correrse a un costado cuando se necesita estar en soledad pero no solo.
Se puede estar solo con añoranza de la compañía que se tuvo o con ansias sobre la que se puede tener y con fantasías sobre esos momentos.
Se puede estar solo y el saludo del perro amigo convierte esa soledad en un divertimento.
Estar solo y que te salude el diariero es una maravilla.
Pero estar solo, solo, absolutamente solo, sin nadie que te ladre, que te pregunte si querés y que querés, tan solo que pasás desapercibido, tan solo que no tenés a quien acudir.
Tan solo que el portero del edificio donde se vive nunca se acuerda si te vio ir o volver.
¿Qué me pasa? ¿Qué me pasó? He tratado en la vida de ser protagonista de ella y de tal forma que mis mejores recuerdos también lo sean de otros, pero no es, no ha sido así, mis mejores recuerdos son solo míos. Pero ahora dudo si mis mejores recuerdos son efectivamente mejores, ¿mejores que qué?...
Claro, mejores para mí.
Esas vacaciones en el sur, los lagos, las montañas, el clima, los lugares pintorescos y extraños, los pobladores, todo eso me satisfizo.
La conocí en la comida  de encuentro entre los que ocupábamos las cabañas del costado del lago, me dio en unos pocos instantes, acaso algunas horas, un espacio de paz y goce, de concupiscencia intelectual y física, morocha, piel cobre y ojos bronce, cejas negras y labios sedientos con pequeños restos de piel que invitan el beso jugoso y largo con juegos intensos entre los habitantes de la boca, investigar el paladar y recorrer uno a uno los dientes de ambos, la saliva mezclada que se entibia en el encuentro.
O la visita por Centroamérica, recorriendo los recuerdos de civilizaciones previas con sus construcciones piramidales, las selvas que ocultan los templos, las estelas que cuentan historias bruscamente interrumpidas con figuras formas y jeroglíficos aún no traducidos y que seguramente ocultan maravillas de dioses y climas, de extrañas visitas, de encuentros fantásticos con sucesiones dinásticas por siglos.
Allí la conocí, preparando el fuego para la comida ritual, pequeña y estilizada, pechos casi inexistentes y cuerpo maravilloso, ojos que ocupan grandes partes de la frente, oscuros y hoscos, la boca en una sonrisa perpetua.
Nuestro  encuentro físico es una misa, un rezo, una ceremonia sin pudor ni vergüenza, la entrega total absoluta que ofrece y exige.
Recorremos la selva y me encuentro a cada momento con detalles de las culturas que nos precedieron y me cuenta cada señal, no la explica, la cuenta como parte de su intelecto congénito.
O tal vez en Palestina, luego de la comida entre los elegidos esa mujer lloraba la pérdida o tal vez la alegría de la conquista y yo miraba con temor y aprensión un presente cuestionable y un futuro doloroso.
O esa vez, o esa vez, o esa vez…tengo tanto para recordar y pensar que eran mis mejores momentos. Obviamente mis mejores momentos están ligados a los viajes y las relaciones gestadas en ellos, y también a las comidas.
Es decir que comienzan con fecha fija y terminan de la misma forma…
Quizás debo comenzar a investigar e investigarme. 
Tuve y tengo la capacidad mágica de volver a nacer. Eso me permite ser parte de una familia pero no pierdo la memoria anterior, como si mi nacimiento nunca hubiera existido, como si siempre hubiera tenido madurez y vivencia adulta.
Soy un fantasma, un espectro, una visión, una aparición, un espíritu, una sombra, una ilusión o quizás peor, un alma en pena.
¿Soy El Holandés Errante? ¿Soy como el capitán van der Decken condenado a navegar eternamente por haber desafiado a Dios? 
Me acuerdo haber estado en varias comidas importantes. Haber compartido con Ricardo Corazón de León la formación de los Caballeros de la Mesa Redonda, ciento cincuenta caballeros rodeando la tabla redonda regalada por el suegro de Ricardo, el castillo se construyó alrededor de esa inmensa tabla que sacrificó un bosque y enriqueció a decenas de artesanos de la madera,  eso es imposible pero me ronda y me ronda, también la cena del Sabbat en el Sanedrín, el encuentro de los setenta rabinos, estaban los saduceos, los fariseos y la aristocracia sacerdotal, estoy cortando con mis manos el pan trenzado y repartiendo entre los rabinos los trozos, eso es imposible pero me ronda y me ronda. Tengo el cerebro repleto de imágenes que no pueden ser, por lo menos que no puede ser que las haya vivido. 
Tengo en mis recuerdos la bacanal de Nerón y me veo trasladando las tinajas con petróleo por las calles del trastévere, detrás del Tiber, y también me veo cobrando los 40 dineros.

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