jueves, 10 de mayo de 2012

Pronóstico

PRONóSTICO

Acompaña sus pasos con un andar garboso, armonioso, avasallante, enfatizado y estilizado, casi bailarín.
La nariz apuntando al frente, gruesa y prominente, la frente sudorosa y fruncida, subrayada con cejas populosas, ojos firmes, claros, brillosos con pestañas largas que sostienen pequeñas gotas de sudor, infunde seguridad, pero no prepotencia.
Casi desnudo, no puede ocultar piernas sólidas como columnas, manos fuertes acostumbradas a subrayar con ademanes sus discursos, la barba desprolija sucia de saliva y arena también,  poblada de gotas de sudor que se enredan en los pelos.
No es un bigote es una catarata que cubre y esconde labios gruesos casi morados y dientes desparejos y enfermos.
Tiene pecado.
Su pecado es el público que lo escucha pero que  además mucho de ese público lo acompaña o mejor dicho: lo sigue.
Entre toda esa gente que se arremolina a su alrededor para escucharlo, mirarlo y aprehenderlo, hay algunos que son más fieles a su palabra y figura, diría hasta cómplices, copiando su forma de mirar: confiada, su forma de andar: sólida, uno más que ninguno, tozudo como una piedra, pescador hábil, solidario y admirador absoluto del hombre.
Sube tres o cuatro escalones de una edificación cercana, es un Templo, Mira a quienes lo acompañan y a los que lo siguen. Comienza a hablar, algunos se paran a escuchar, La mayoría de ellos siguen su camino, las mujeres se tapan la cara con sus vestidos miran torvamente y siguen su camino.
Los jóvenes y los niños lo miran con curiosidad y a la gente.
El habla y habla, gesticula, acusa pronuncia y anuncia, va transformando su gesto corpóreo a medida que su discurso entusiasma y se entusiasma, termina, sigue su camino, algunos de los que escucharon lo miran irse con desconfianza, arguyen medidas para modificar la sensación que deja entre quienes le prestaron atención, pero en definitiva no confían que su discurso tenga prolongación en el tiempo, quizás “solo” dos mil años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario