domingo, 13 de mayo de 2012

PROA

Desde la popa la continuidad en su camino del crucero demostraba que su avance iba en serio aunque la velocidad que imprimía de tan lenta lo desmintiera, o casi.
La estela que dibujaban sus dos potentes motores iban abandonando las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento frente a sus ojos, color de espuma y movimiento lento como de un milímetro de agua sobre vidrio, agua  de un turquesa verde que se convertía en blanca al mutar a espuma dibujada por las hélices poderosas que imaginaba inmensos pinceles.
Con sorpresa fui imaginando una situación novelesca, en pocos instantes y humedecido y emocionado por la vista vi el principio y fin de la idea, el agua el color la espuma era una situación que me ganó en seguida.
Decidí escribirlo, escribirlo rápidamente para que la memoria no me haga una jugada imposible de recuperar, ya debía dar cuerpo al diálogo entre sus personajes, diálogo anhelante que corriera por las páginas como un arroyo de serpientes en unas hojas imaginadas. 

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