martes, 3 de mayo de 2016

ITALIA UNO

Ayer por accidente se disparó un correo que NO deberia haber salido xq simplemente estaba probando mi nuevo teclado con BT...así que acompaño el primer contacto,
La partida de Baires, el vuelo y el aterrizaje fueron notablemente exactos en tiempo y en cansancio x haber volado toda la noche.
Aterrizamos a las 5 de la tarde y estaba previsto el tren a Milán para las nueve de la noche así que con el tiempo suficiente tomamos el trencito a la estación Termini de Roma y allí canjeamos el pasaje de las nueve de la noche por otro a las siete de la tarde, 3 horas para llegar a Milán.
Mientras hacía la fila esperando que me atiendan para cambiar el horario del tren María fue a comprar algo de comer y se trajo sendos sandwiches en baguette con jamón, queso de búfala y tomate que resultó la mejor recepción tana a estos viajeros latinos...lo comimos de parado haciendo el aguante hasta que me atendieron y metí lo que quedaba del sandwich en una bolsa y Maria se quedó afuera saboreando el suyo.
Milán de noche es como cualquier ciudad de mediana importancia, taxy Honda ultrasilencioso al hotel, recontra ubicado, a solo 4 cuadras de la catedral y el centro. El cuarto más que honorable, conección wifi inmediata lo que nos conectó con todas las noticias de la familia y la patria.
Hoy, luego de un sustancioso desayuno partimos a la primera caminata, llegamos a la catedral, no solo imponente por su tamaño sino además porque está literalmente sembrada de símbolos liturgicos y mágicos en todas sus partes exteriores entrar es hacerlo justamente en una catedral, los vitraux y vidrios coloreados en toda su extensión más que maravillar, sobrecogen.
Me resulta difícil detallar el cúmulo de ohhh y ahhh repetidos en el recorrido...pero dá para eso.
Un capítulo interesante lo dá la posibilidad de acceder a la terraza de la Catedral que es una experiencia notable xq uno está cerca de las pérgolas y gárgolas, ir al diccionario plis, uno está ahí nomás de más de mil estatuas que coronan y vé los vidrios de colores desde afuera, que es nada.
Luego recorrer una antigua y lujosísima galería, Victorio Emanuel, con muchas marcas conocidas pero juntando el camino turístico para decir: estuve ahí.
Más tarde, vidrieras para sentir los cambios de moda que se avecinan, muchos cuadtos y rayas, muchos pantalones de hombre hasta la media pierna pero en traje...enviaré foto cuando pueda.
Ahora, escribiendo, y preparando las visitas de mañana, último en Milán, y saborear esta noche...
Chau...

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