El hecho de no profesar ni el cristianismo, ni el budismo, ni la religión hebrea o musulmana ni ninguna variante que tome la magia o la fe como testimonio de creencia alguna no impide que me sobrecoja el advertir a la gente que efectivamente cree en esas cosas. En el paseo por el Vaticano, si bien debe haber miles de personas que lo visitan x el cúmulo de tesoros artísticos acumulados en sus salas tambiÉn hay muchos miles que cada día lo visitan xq veneran su lugar principal y principalísimo.
En la avenida de ingreso a la Iglesia de San Pedro hay una calle dentro de la calle, como si fuera el metrobus, (con perdón de la burda comparación), que parte desde el Tiber hacia la Santa Iglesia para que dentro de esos pequeños límites marchen las procesiones, que son muchas, muchas, y que todas marchan rezando y cantando salmos hacia su destino principal. Algunas se identifican, sus componentes, con algún pañuelo de color en el cuello, o gorras distintivas, remeras, pero todas las gentes tienen la fe escrita en sus movimientos y voces. No hay silencio a su paso, pero sí respeto.
Les juro, que a veces dan ganas e creer que la magia, el deseo, la aspiración son suficiente autoayuda, pero no.
Ahora al relato.
Los museos vaticanos son públicos desde 1932, hasta ese momento sólo los visitaban los invitados por el Papa, que valga la aclaración dirige sustentando los tres poderes repúblicanos, como si fuera un rey, y lo es, una ciudad de 836 habitantes permanentes con embajadas en todo el mundo y la suma de empleados y dignatarios de sus embajadas son más que los habitantes. Como dato curioso hay paises que en Italia tiene dos sedes de embajadas, la que es ante el gobierno de Italia y la que es ante la Santa Sede, como por ejemplo España, (lógico no?).
La capilla Sixtina es tal xq la planificó Sixto IV en 1477 y quedó terminada en 1482 y en sus paredes quedaron los cuadros y tapices que para eso se hizo. Luego Julio II, que no tiene nada que ver con los Julios que gozan de mi profunda amistad, contrató a Miguel Angel para que decorara el techo, y así lo hizo y es más famnoso el techo y Miguel Angel que los Papas y todo el resto.
Luego fuimos a visitar el techo del Vaticano, que si me decían que había que subir 334 escalones, obviamente hubiera dicho que no, pero esto es como el Pocker, si ya te metiste no podés salir entonces seguimos subiendo, en algunos tramos en diagonal pero ...avanti...hasta llegar bien arriba...majestuoso.
Hay una sala dedicada a las estatuas de gente, la mayoría romanos de la época de los romanos, aquí nos enteramos que hay dos retratos, uno el del foto shop, inmaculado, de buena figura, estlizado y elegante que es el retrato público, y está el otro el real, el arrugado y panzón que se guarda en un placard en la casa.
Estuvimos 8 horas caminando...mucho trabajo para el turista.
Ya hablé de los cementerios, pero no hablé de mi otra pasión: los mercados...NO voy a hablar...esto se hizo demasiado largo.
Mañana Chichilia!!!!
Chin pum.
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