Hoy ha sido
un día casi turístico…digo casi…porque además de lo que voy a relatar también
pude apreciar algunos temas más de su acendrada religiosidad, el cuidado de sus
templos, la fervorosa actitud hacia leyendas, magias, ofrendas y demás que
rodean el budismo del pueblo Thai…nuestro guía, el del tour, no me refiero a
ningún político ni ser supremo, decía que nuestro guía Pho se confiesa budista
pero lee Zen porque considera que en su país o por lo menos en su zona de
actividad civil el budismo ha perdido autenticidad.
Hoy hemos
visitado una reserva de elefantes. Se calcula que hay 7.000 en Thai la mitad
domésticos para el trabajo del campo en especial en tareas rurales y de la
madera arrastrando árboles. Esta reserva tiene sala de partos y hospital de
elefantes. Además de las habituales payasadas como que bailan, patean una
pelota hasta de taquito y otras hemos visto como pintan…sí efectivamente,
conducidos por sus cuidadores y tomando pincel con la trompa con lo que viene a
ser la nariz hemos visto pintar en un caballete un elefante y en otros tres
sendos árboles decorados y de distintos colores, luego esas pinturas se venden
al público en unos 35 dólares un poco más de 200 pesos…
Hemos
recorrido gran parte de la reserva montados en elefante, hemos vuelto a la zona
pública en carro con bueyes y luego unos 40 minutos de balsa balsa balsa por un
hermoso rio que surcaba rodeado de intensa y casi impenetrable
vegetación. Almuerzo en un criadero de orquídeas y mariposas y finalmente
por nuestra cuenta recorrido histórico de los templos más antiguos de Chiang
Mai, segunda ciudad de Thai y cuna del budismo…
Ya mañana
hacia tres días de descanso de la ajetreada vida del turista en una playa…
Contaré…
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