Cuando averiguamos los del viaje de Granada a Barcelona y nos dijeron que era de 23 hs. casi nos caemos de culo, no pensábamos perder un día viajando, por más que ese viaje nos ahorrara una noche de hotel. Encaré hacia Aerolíneas Argentinas y en las oficinas coquetísimas y con una atención para resolver nos extendieron sin pagar un peso el viaje de Granada a Barcelona…resuelto lo cual ahora encaramos al aeropuerto de Granada que era un verdadero pandemónium de desorganización, falta de filas, desorden por doquier y con las valijas al hombro hasta el avión donde te las subían a la bodega. En cambio el arribo a Barcelona, un aeropuerto hermoso y pulcro, organizado y protector, por una cinta llegamos al tren que nos acerca a la ciudad en poco más de diez minutos, la estación del tren en la ciudad era comparable al aeropuerto y de ahí en un taxi de nuestros primos y si bien nos esperaban la sorpresa fue descomunal, Susana, su esposo y sus hijos nos recibieron con afecto y disposición. Ellos viven de la caza y la pesca, más que modestamente, hay auto y heladera llena pero a salto de mata, en los veranos venden en las playas posters de Mafalda truchos y así casi siempre, de eso van viviendo...
Con ellos no solo recorrimos a pie la ciudad que nos resultó tal como la habíamos leído, lo cual ya es un tanto a favor, sino además que recorrimos con sentido de reconocimiento profundo las creaciones arquitectónicas de Gaudí: el Parque Güell, la casa La Pedrera, la Iglesia de la Sagrada Familia, y cada cosa, cada paseo, cada vista una sorpresa para la vista y el conocimiento, en cada lugar se abría un cajoncito de la memoria para ir atesorando.
Averiguamos el tren de Barcelona a Roma, otras 24 hs, aunque pasando por Mónaco y otros lujos, pero noooo, decidimos volver a las oficinas de Aerolíneas y ver que podíamos organizar con nuestro millaje, porque el pasaje nuestro no era punto a punto, eso no existía, era millaje: Baires Madrid, Innsbruck Zúrich Paris Londres Baires, la cuestión es que pudimos incluir Barcelona Roma sin pagar nada, hicimos unas compritas, Susana nos cargó con 15, si quince libros de misterio de regalo para nosotros que nos resultó una molestia enorme por el peso y porque tuvimos que comprar un bolso especial solo para ellos, como decir que no al afecto con que hicieron todo lo que hicieron mientras compartimos esos días, pero la verdad más que un regalo resultó un engorro de aquellos.
Llegamos a Roma, una hora veinte minutos en lugar de un día entero.
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